BARNES Madrid presenta con orgullo una oportunidad singular en uno de los enclaves arquitectónicamente más refinados de la capital. Diseñada originalmente como una galería de arte, esta extraordinaria residencia abarca aproximadamente 334 metros cuadrados de superficie construida y ofrece una sensación de escala, silencio y luminosidad raramente encontrada en Madrid. Situada en la planta baja de un edificio señorial de 1930, la propiedad disfruta de techos de cuatro metros de altura, ventanas y puertas de suelo a techo en cada habitación, transformando la experiencia de vivir en algo más escultórico e inmersivo.
Desde el momento en que se entra, la sensación es de elevación y calma. A pesar de su ubicación a nivel de calle, no hay rastro visual ni acústico del mundo exterior. Cada abertura arquitectónica —desde ventanas hasta umbrales e puertas interiores— es de altura completa, creando un ritmo vertical continuo que preserva la esencia de la vida anterior del espacio como galería. El resultado es una sensación espacial más akin a un ático loft que a un piso tradicional, con interiores que parecen suspendidos sobre la ciudad.
La distribución actual se configura como un vasto hogar de planta abierta con tres a cuatro dormitorios, y sus proporciones siguen siendo altamente flexibles. Un monumental espacio de salón y comedor forma el corazón de la residencia, fluyendo hacia una biblioteca o atelier enmarcado por un llamativo ventanal angular. La cocina, integrada discretamente, se conecta a un área de servicio y lavandería, mientras que el plano también permite la creación de cuartos de servicio independientes o un cuarto dormitorio con una intervención arquitectónica mínima. La suite principal es un retiro pacífico, fácilmente adaptable para incluir un vestidor walk-in y baño privado, mientras que los dormitorios adicionales mantienen su propia privacidad, amplitud y dignidad espacial.
Las reformas recientes, que incluyen un avanzado sistema de aerotermia, tuberías actualizadas y cableado eléctrico, han modernizado la propiedad preservando su grandeza. Combinadas con la distribución existente y los techos de cuatro metros de altura, estas mejoras la posicionan idealmente para su transformación en una lujosa residencia de piso jardín a costos de reforma adicionales muy bajos —todo el trabajo estructural ya está hecho.
El confort climático está garantizado durante todo el año gracias a un avanzado sistema de aerotermia, que ofrece un rendimiento energéticamente eficiente con un impacto ambiental mínimo. La luz se difunde con gracia a lo largo del día, mientras que el silencio permanece completo —producto tanto de gruesos muros de mampostería como de un aislamiento acústico cuidadosamente integrado.
Ubicada en un noble edificio residencial que combina la artesanía de principios del siglo XX con una escala residencial boutique, el entorno es tan discreto como elegante. A solo pasos de Chamberí, Justicia y el eje de la Castellana, la ubicación equilibra el patrimonio con la comodidad cosmopolita en una de las mejores zonas de Almagro, dentro de una finca clásica.
Lo que hace que esta residencia sea verdaderamente excepcional no es solo su superficie, sino su escala elevada. Antes una galería, ahora una residencia, este es un espacio donde la arquitectura se convierte en intimidad, donde la escala es arte, y donde cada elemento ha sido compuesto para enriquecer la vida diaria con silencio, claridad y luz.