Estilo de vida

13/10/2025

El Madrid de los Austrias: un viaje por la historia viva de la capital

Entre los muros de la Plaza Mayor y las tabernas centenarias de la Calle Cuchilleros se esconde el origen de Madrid. Un paseo por el barrio de los Austrias es volver a la villa que se convirtió en corte y descubrir la esencia de la ciudad que nunca deja de renovarse.

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Hay lugares en Madrid donde el tiempo parece haberse detenido. El Madrid de los Austrias es uno de ellos. Sus calles estrechas y empedradas, los tejados de pizarra y las fachadas con balcones de hierro guardan la memoria de la villa que Felipe II eligió en 1561 como sede de su Corte. A partir de entonces, Madrid se transformó en el corazón político y artístico del imperio, y este barrio se convirtió en su alma.

El recorrido comienza en la Plaza Mayor, monumental y armónica, donde el bullicio de los cafés y terrazas se mezcla con la elegancia de sus arcadas. Desde aquí, un arco icónico conduce a la Calle Cuchilleros, quizá una de las más fotogénicas de la capital. Su nombre recuerda el antiguo gremio que fabricaba los cuchillos que abastecían a los carniceros de la Casa de la Carnicería, frente a la Casa de la Panadería.

El Arco de Cuchilleros, diseñado en 1617 por Juan Gómez de Mora y reformado por Juan de Villanueva en el siglo XVIII, salva el desnivel entre la plaza y la Cava de San Miguel. A su lado, una pequeña plataforma circular en el suelo —el llamado púlpito— evoca la arenga del fraile Antonio de San Gil que, en 1808, inspiró al pueblo madrileño a resistir la invasión napoleónica.

Pero la historia de estas calles también se sirve a fuego lento. En el número 17 de la calle, Sobrino de Botín, fundado en 1725, ostenta el título de restaurante más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Récords. Sus hornos de leña siguen cocinando cochinillos como hace tres siglos, en el mismo ambiente que cautivó a Goya, Hemingway o Ava Gardner. Muy cerca, Las Cuevas de Luis Candelas recuerdan las leyendas del bandolero más célebre del siglo XIX, que se ocultaba en sus túneles tras sus fechorías.

El barrio de los Austrias es una lección de arquitectura viva. El estilo herreriano, con su geometría pura y austeridad castellana, define la personalidad de edificios como la Casa de la Villa o el Palacio de Santa Cruz. Todo aquí respira autenticidad. Madrid nació entre estos muros, y aún hoy conserva en ellos su identidad más pura.

Pasear por este barrio es viajar en el tiempo, pero también en la emoción. Es entender por qué Madrid seduce a quienes buscan historia, cultura y alma urbana.

En BARNES Madrid, expertos en viviendas y pisos de lujo en el centro histórico, sabemos que el auténtico valor de una propiedad va más allá de sus muros: está en su historia, su ubicación y su alma. El Madrid de los Austrias no solo es un lugar para visitar, sino para vivirlo cada día.